martes, 7 de octubre de 2008

SIGLO XV

FUNDACIÓN DE CIUDADES Y REBELIONES INDÍGENAS


Para organizar su imperio americano, los reyes de España ordenaron la fundación de ciudades.

El fundador era el que se quedaba con el nuevo territorio y distribuía todo a su antojo, también se tomaba la libertad de designar a sus vecinos mas ricos y poderosos al Cabildo, q era el gobierno municipal del momento.
En este momento la gente no tenía nada para llevarse a la boca y fueron muchos los que tubieron que subsistir de maneras infrahumanas. Un navegante relató en un diario privado:

"La gente no tenía qué comer y se moría de hambre y padecía gran escasez, al extremo que los caballos no podían utilizarse. Fue tal la pena y el desastre del hambre que no bastaron ni ratas ni ratones, víboras ni otras sabandijas; hasta los zapatos y cueros, todo hubo de ser comido. También ocurrió entonces que un español se comió a su propio hermano que había muerto."

Todo lo anterior vivido tubo repercusión y los americanos se intentaron resistir a los cambios establecidos por los conquistadores:

Desde el mismo inicio de la Conquista de América hubo movimientos de resistencia contra los conquistadores. En el caribe, en Venezuela, en Perú, en Tucumán y en Chile, se sucedían las rebeliones indígenas contra los invasores. El uso de armas de fuego y el caballo, inexistentes en América, fueron los pilares indispensables para que los conquistadores ganaran a los indígenas. A partir de ese momento comenzaron a haber rebeliones contra los conquistadores.

Una de las rebeliones más importantes fue la liderada por Tupac Amarau; José Gabriel Condorcanqui, quien tomará este nuevo nombre, en homenaje al último inca que en 1571 se rebeló contra los españoles, fue un cacique peruano que encabezó en 1780 la rebelión indígena más importante. Túpac llegó a formar un ejército rebelde de 150.000 indígenas distribuidos desde el Norte argentino hasta el Ecuador. Los objetivos de los rebeldes eran terminar con los abusos de los españoles que obligaban a los indios a trabajar en las minas, obrajes y plantaciones y a pagar tributos.
La rebelión obtiene sus primeros triunfos y Túpac comienza a aplicar un programa revolucionario: devolución de las tierras usurpadas, a sus legítimos dueños, anulación de la esclavitud y los servicios personales. Asustados por la magnitud y el alcance de la rebelión de Túpac Amaru y su ejército libertador, la Iglesia, el estado, los criollos y los europeos cierran filas para enfrentar el peligro.